viernes, 23 de diciembre de 2011

Santa Claus desplaza a Cristo en la Navidad china

La Navidad es una de esas fechas que puedes llegar a amar u odiar, pero nunca ser indiferente. Es imposible mantenerse al margen de la avalancha comercial y publicitaria, del entusiasmo y la alegría de los amigos y familiares, de las fiestas de fin de año en la empresa, de los congestionamientos en las calles y en las tiendas, y de la lluvia de ofertas y promociones.

En China, las cosas no son distintas… Al menos en apariencia. 

En los almacenes existe una amplia sección donde se puede encontrar toda clase de artículos navideños. Foto: Gabriela Becerra


Ante la curiosidad de familiares y amigos que me han preguntado cómo se celebra, debo precisar en primer lugar que la Navidad no es un día festivo en China.

Esto se explica a que el cristianismo ha tenido poca presencia en la historia de estas tierras. Penetrar territorio chino nunca fue fácil. Los últimos emperadores veían al cristianismo como un arma que querían utilizar los países occidentales para invadirlos.

Más tarde, con la fundación de la República Popular China, en 1949, la nación se declaró “laica y atea”, y persiguió con dureza a todas las religiones durante la llamada Revolución Cultural.

Aunque actualmente se permite la práctica de cultos, el Vaticano y la Iglesia Católica Patriótica, apoyada por el Gobierno chino, viven una crisis en su relación desde hace décadas, porque el Partido Comunista quiere controlar cualquier ideología que pueda representarle un riesgo. Por eso, muchos católicos viven en la clandestinidad.

En los últimos años, los chinos han aumentado su consumo de "Navidad".
Foto: Gabriela Becerra


Hoy en día, unos 23 millones de chinos están bautizados, lo que representa sólo el 1.8 por ciento de la población. De ellos, 10 millones son católicos, según la Academia de Ciencias Sociales de China.

Desde que el país se abrió comercialmente al mundo con su política de Reforma y Apertura en los años ochenta, los grandes almacenes se han convertido en los nuevos “evangelizadores”. Son ellos quienes difunden la Navidad, sólo que en lugar de Jesucristo, han vendido entre los chinos la imagen de Papá Noel como el gran protagonista de la celebración.

Papá Noel, el rey de la Navidad en China. Foto: Gabriela Becerra

Árboles iluminados y rodeados de regalos; figuras de Santa Claus y los renos; villancicos en inglés o en mandarín, son algunos de los motivos que anuncian la llegada de la temporada, e invitan a consumir toda clase de productos con atractivos descuentos y ofertas.

Los centros comerciales invitan al consumo con sus ofertas y promociones. Foto: Gabriela Becerra
Lo curioso es que, a pesar de todo este bombardeo comercial, la mayoría de los chinos desconoce el verdadero sentido de la Navidad y lo asocian con las compras y regalos.

Los detalles navideños se empiezan a ver en las tiendas desde mediados de noviembre.
Foto: Gabriela Becerra. 

Incluso, algunos creen que el 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Papá Noel, al que llaman “El viejo de la Navidad”, y cuelgan sus deseos, escritos en papelitos, en las ramas de los árboles tamaño gigante que se colocan en puntos comerciales.


Aunque estéticamente las navidades en China son similares a las de cualquier país cristiano, en el fondo existen diferencias. Por ejemplo, sus habitantes no acuden a las iglesias o templos (a menos que sean creyentes), no preparan una cena especial para compartir con la familia, desconocen los nacimientos (pesebres o belenes en otros países), las piñatas, las posadas, la figura del niño Jesús, o cualquier otro tipo de detalle o festejo católico.

Las nuevas generaciones, quienes son más receptivas a las costumbres que vienen del exterior, festejan la Navidad con los amigos o la pareja en el karaoke, en el cine, en bares o restaurantes occidentales.

Al ser un medio internacional, la Navidad también llegó a mi trabajo.
Foto: Gabriela Becerra
Motivos navideños en las instalaciones de Radio Internacional de China. Foto: Gabriela Becerra.


Eso sí, al igual que en los países donde se celebra esta fiesta, los chinos se entregan al consumo desenfrenado, impulsado por las grandes ofertas. En el sentido comercial, podemos decir que en China existe un ambiente navideño.

Foto: Gabriela Becerra

Lo irónico de todo esto es que en los hogares mexicanos, como en muchos otros del mundo donde celebran la Navidad, abundan artículos de esta temporada fabricados en China, donde ni siquiera conocen su verdadero sentido.


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