martes, 19 de julio de 2011

No sólo las chicas enseñan pompa en Beijing

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué a China fueron los kaidangku. Unos pantaloncitos que les ponen a los niños de entre un año y cuatro de edad.

El famoso Kaidangku. 
Foto: Gabriela Becerra
No crean que el pantalón está roto, así es el modelito. Esta tradicional prenda infantil está abierta del tiro y la entrepierna para dejar en total libertad las pompitas y el pene del niño. Y no, tampoco es para que se refresque en el verano, sino para que haga pipi y popo cuando le venga la gana. ¿Están simpáticos, no?

Aunque no lo crean, esta prenda la usan todo el año, incluso en invierno que hace tanto frío. Los niños podrán andar tapados con gorro, bufanda y guantes, pero las pompitas las llevan descubiertas y en algunas ocasiones hasta moradas del frío, pues en Beijing se registran temperaturas de hasta 15 grados bajo cero en invierno.

A diferencia de otros países, en China la cultura del pañal no está arraigada, los desechables recién entraron al mercado chino y son los padres jóvenes los que empiezan a adoptarlos.

Los pequeños están acostumbrados a hacer sus necesidades en cualquier lugar. A mi amiga mexicana Carmen González, que recién llegó a Beijing, le tocó ver orinar a un niño en un vagón del metro, dice que el chorrito sólo le pasó a un lado de los pies. Nadie hizo nada, nadie reclamó, ni la madre intentó limpiar, porque están acostumbrados a ver esta escena desde hace muchos años.

No es mal visto que los niños hagan del baño en donde les dé la gana.
Foto: Gabriela Becerra

Como verán, el kaidangku levanta polémica. Algunos ven esto como una cochinada y una falta de respeto a los demás. Pero los ambientalistas dicen que el mundo debería estar agradecido con los niños chinos por todo lo que han dejado de contaminar, ya que un pañal tarda en degradarse 500 años, a esto súmenle la cantidad de niños chinos que hay, multiplicado por el número de veces que se les tiene que cambiar el desechable al día y el número de años que los usan.

Algunos otros padres desprecian el pañal porque irrita la piel y no la deja transpirar, mientras que otros alegan que traer al niño tan descubierto puede provocarles enfriamiento, diarrea, incluso uretritis, es decir, inflamación de la uretra.

Mientras son peras o manzanas, lo que no se puede negar es que esta prenda infantil ha representado un gran ahorro para muchas familias, sobre todo las más desfavorecidas, que siguen considerando el pañal un producto de lujo.

Aunque se dice que el pañal le está robando terreno al kaidangku, en el tiempo que llevo viviendo en Beijing he visto muy pocos niños con el desechable, la mayoría de las imágenes que veo en la calle son como estás que aquí les muestro.

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La prenda infantil sigue siendo usada por la mayoría de los niños chinos.
Foto: Gabriela Becerra

Si esto es en la capital, en donde las familias tienen un mayor poder adquisitivo, ¿ustedes creen que se usa el pañal en las zonas rurales?

Creo que el kaidangku debería seguir usándose por varios motivos: es una prenda típica, los padres se ahorran mucho dinero y, efectivamente, se contribuye al cuidado del medio ambiente.

El problema quedaría resuelto si los padres chinos fueran más prudentes y enseñaran al niño a contener un poquito mientras llegan a un baño público (hay cientos en Beijing), o bien, les pusieran un pañal de tela. 

Y claro, que en invierno no les pongan esta prenda porque a los niños les puede dar "un aire polaco", como decimos en México. ¿Ustedes qué piensan?


¿Debe el desechable sustituir al Kaidangku?
Foto: Gabriela Becerra


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